Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
Y haced oír la voz de su alabanza.
Y haced oír la voz de su alabanza.
El es quien preservó la vida a nuestra alma,
Y no permitió que nuestros pies resbalasen.
Y no permitió que nuestros pies resbalasen.
Porque tú nos probaste, oh Dios;
Nos ensayaste como se afina la plata.
Nos ensayaste como se afina la plata.
Nos metiste en la red;
Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.
Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.
Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza;
Pasamos por el fuego y por el agua,
Y nos sacaste a abundancia.
Pasamos por el fuego y por el agua,
Y nos sacaste a abundancia.
Salmos 66:8-12
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