jueves, 17 de julio de 2025

¡Hacer la voluntad del Señor, implica vivir de acuerdo a su propósito!

 

No todo el que me dice Señor, Señor entrará en el reino de los cielos, sino EL QUE HACE LA VOLUNTAD de mi PADRE, que está en los cielos.

Esta fue la especial razón, por la cual Cristo llegó acompañado, aquella noche, por huestes celestiales que alababan a Dios y decían:

GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS

PAZ

BUENA VOLUNTAD PARA CON LOS HOMBRES

La buena voluntad de Dios, dice la Biblia, es agradable y perfecta. Aparte de su hijo amado, su buena voluntad es otro regalo especial del Padre para los hombres.

Porque si no hacemos la voluntad del Padre, no nos salvamos, ósea, no entramos a su reino.

Hay que aceptar a Cristo como único y suficiente salvador; y luego disponernos como Pablo a decir…

¿SEÑOR QUE QUIERES QUE YO HAGA?

Si Cristo no hace la voluntad del Padre, no nos salva, si nosotros no hacemos la voluntad del Padre, tampoco.

Ósea:

Dios recibiría toda la gloria dada por los hombres haciendo su preciosa voluntad, agradable y perfecta. Entonces nuestra vida tendría paz, sentido, razón y seríamos felices.

Aquella bendecida noche, el regalo extra del Padre completó nuestra entrada al reino de los cielos.

Reciba Él, toda la gloria infinita que solo el Padre merece.

¡¡¡Amén y amén!!!

Hilda Reyes

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