domingo, 22 de febrero de 2015

Bienaventurado el hombre que me escucha ...

Ahora, pues, hijos, oídme,
Y bienaventurados los que guardan mis caminos.


Atended el consejo, y sed sabios,
Y no lo menospreciéis.




Bienaventurado el hombre que me escucha,
Velando a mis puertas cada día,
 
Aguardando a los postes de mis puertas.

Porque el que me halle, hallará la vida,Y alcanzará el favor de Jehová.


Mas el que peca contra mí, defrauda su alma;
Todos los que me aborrecen aman la muerte.

Proverbios 8:32-36

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