Y bienaventurados los que guardan mis caminos.
Atended el consejo, y sed sabios,
Y no lo menospreciéis.
Y no lo menospreciéis.
Bienaventurado el hombre que me escucha,
Velando a mis puertas cada día,
Velando a mis puertas cada día,
Aguardando a los postes de mis puertas.
Porque el que me halle, hallará la vida,Y alcanzará el favor de Jehová.
Mas el que peca contra mí, defrauda su alma;
Todos los que me aborrecen aman la muerte.
Todos los que me aborrecen aman la muerte.
Proverbios 8:32-36
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