domingo, 26 de mayo de 2013

La Parábola del Sembrador




Parábola del Sembrador
(Mateo 13 1-9)

Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.

Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.

Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.

Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.

Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.

Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.

El que tiene oídos para oír, oiga.

Jesús explica la Parábola del Sembrador
(Mr. 4.13-20; Lc. 8.11-15)

Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:

Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.

Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.

El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

Más el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

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