Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
- Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
- Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
- Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
- Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
- Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
- Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
- Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
- Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
- Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Gozaos y alegraos, porque vuestro
galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que
fueron antes de vosotros.
Mateo 5:1-12
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