...He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un
nuevo pacto; no como
el pacto que hice con sus padres. El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de
Egipto; porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
Por lo
cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel.
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo;
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo;
Y
ninguno enseñará a su prójimo,
Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;
Porque todos me conocerán,
Desde el menor hasta el mayor de ellos.
Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;
Porque todos me conocerán,
Desde el menor hasta el mayor de ellos.
Porque
seré propicio a sus injusticias,
Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
Hebreos 8:8-12
Jesucristo selló este nuevo pacto con su sangre en la cruz del calvario; por lo tanto, es una realidad que la ley de Dios está puesta en tu mente, escrita en tu corazón y su presencia está en tu vida cada día a través del Espíritu Santo, quien descendió una vez que Cristo resucitó y se sentó a la diestra del Padre.
Recuerda que tienes una doble bendición, el ser pueblo escogido de Dios y el tener la seguridad que Dios nunca más se acordará de tus pecados ni iniquidades, porque Cristo pagó el precio para que tu fueras libre y por medio de él, pudieras volver en amistad con Dios acercándote a él con confianza para hallar gracia y el oportuno socorro en las tribulaciones.
Dios te Bendiga grandemente!
No hay comentarios:
Publicar un comentario