Dos velas que debes mantener encendidas en tu vida siempre:
LA ESPERANZA
La Esperanza viene del latín “esperare”. La Esperanza
es la sensación o estado de ánimo en el cual se cree que aquello que uno desea o pretende es
posible.
Ya sea a
partir de un proceso lógico o con base en la fe, la persona que tiene
esperanza considera que puede conseguir algo o alcanzar un determinado logro.
Esa
confianza es un estímulo donde se incrementa la perseverancia y la fuerza para
seguir luchando por lo que de verdad se quiere.
Tendrás confianza, porque hay esperanza;
mirarás alrededor, y dormirás seguro.
Job 11:28
Alma mía, en Dios solamente reposa,
porque de él es mi esperanza.
Salmos 62:5
Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia, Oh Dios de nuestra salvación, esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines del mar.
Salmos 65:5
LA FE
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Hebreos 11:1
Pero sin fe es
imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Hebreos 11:6
Por la fe Abraham,
siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como
herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por
la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra
ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma
promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.
Hebreos 11:8-11
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