Todas las cosas me son lícitas,
mas no todas convienen;
todas las cosas me son lícitas,
mas yo no me dejaré dominar de ninguna.
1 Corintios 6:12
Somos totalmente libres en Cristo y todas las cosas nos son lícitas, solo recuerda que no todas te convienen; y más aún, recuerda que no debes dejarte dominar por ninguna de ellas.
Dios te hizo libre, mantén esa libertad conduciéndote en la vida con sabiduría para discernir cuales cosas te convienen y cuales no, y también para huir de aquellas que te quieran dominar creando en ti hábitos o ataduras de las cuales muy probablemente te será difícil salir.
En el camino de la vida, condúcete respetando las señales y las luces del semáforo que Dios te pone en el camino. Si pisas el acelerador, más allá de la velocidad requerida, puedes pasar la línea fina que existe entre lo bueno y lo que no conviene.
Si somos tentados a pisar el acelerador más allá del límite de la voluntad de Dios, puede que lo bueno se convierta en algo no conviente; y si no tienes control, llegue a dominarte en gran manera.
De pisar a fondo el acelerador ... (Neil T Anderson. Rompiendo las Cadenas)
- El reposo físico, puede convertirse en pereza.
- El silencio extremo, puede convertirse en incomunicación.
- La capacidad de ganar, puede convertirse en avaricia y codicia.
- Gozar la vida, puede convertirse en intemperancia.
- El placer físico, puede convertirse en inmoralidad.
- El placer de comer, puede convertirse en glotonería.
- El cuidado personal, puede convertirse en vanidad.
- El respeto personal, puede convertirse en orgullo.
- La comunicación, puede convertirse en chisme.
- La cautela, puede convertirse en incredulidad y temor.
- La ira (airaos mas no pequéis), puede convertirse en rabia y mal carácter.
- El juicio, puede convertirse en crítica.
- El detalle, puede convertirse en perfeccionismo.
- La generosidad, puede convertirse en derroche.
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