domingo, 30 de diciembre de 2012

Vida en el Espíritu


«Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu,  porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Lo que era imposible para la Ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne, para que la justicia de la Ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. El ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz,  por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la Ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.»
Romanos 8 1:8

Nunca pude entender claramente el tema del Alma y el Espíritu, pero Dios en su misericordia me hizo avanzar en el conocimiento y pude entender mucho más de lo que sabía. Pude ver claramente que existe una gran diferencia entre "alma viviente" y "espíritu vivificado".

Así también está escrito: «Fue hecho el primer hombre, Adán, alma viviente»; el postrer Adán, espíritu que da vida. 1 Corintios 15:45

Cuando Cristo aparece para vivificar nuestro espíritu, fue para cumplir una promesa hecha por Dios al pueblo de Israel en tiempos muy duros de desobediencia contra él. Dios entendió que solo entrando dentro de nosotros, podríamos lograr obedecerlo. De igual forma, Cristo entendió que solo entrando en nosotros, podríamos lograr nuestra obediencia a él.

«Y les daré otro corazón y pondré en ellos un nuevo espíritu; quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne y les daré un corazón de carne, 20 para que anden en mis ordenanzas y guarden mis decretos y los cumplan, y sean mi pueblo y yo sea su Dios». Ezequiel 11:19

«Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis, y os estableceré en vuestra tierra. Y sabréis que yo, Jehová, lo dije y lo hice, dice Jehová.» Ezequiel 37:13-14

Aunque esta promesa fue dada al pueblo de Israel, no se cumplió sino hasta el período de la "Dispensación" donde el mensaje de salvación fue también dado a los gentiles, porque todos debían ser incluidos en esta promesa.

Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: «¡Abba, Padre!» Gálatas 4:6

Abba según el texto Griego significa: Clamor que proviene del Espíritu de Cristo en nuestros corazones como un grito inarticulado (como los gemidos del Espíritu Santo) que es como una especie de cariño afectuoso.

.... pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: «¡Abba, Padre!» Romanos 8:15

¿Qué ganancias tenemos espiritualmente al aceptar a Cristo como Salvador?

1. Nos cambia el corazón de piedra por uno de carne.
Recordemos que al principio Dios escribió sus mandamientos en tablas de piedra para el pueblo de Israel y ellos no obedecieron.

2. Nuestra alma muerta vuelve a ser un "Alma Viviente"
Recordemos que a  raíz del pecado del huerto del Edén, Satanás mató el alma.

3. Al entrar Jesús en tu corazón, vivifica tu espíritu que estaba apagado y llegas a tener un "espíritu vivificado" mas el Espíritu de de Cristo morando en tu corazón. Tienes en consecuencia, una doble porción de Cristo.

4. El Espíritu Santo, morará sobre ti, dentro de ti y alrededor de ti.
El Espíritu Santo te enseña, te consuela, te recuerda la Palabra de Dios y te convence de pecado. Adicionalmente, bautiza tu espíritu para que puedas ser testigo de Dios en toda la tierra; y como si faltara algo, este bautismo te da la oportunidad de tener sus dones para ministrar con poder.

5. En la Biblia somos representados como pámpanos en la viña de Dios, donde Jesús es la vid verdadera y el Padre es el labrador y limpia a todo aquel que lleva fruto para que lleve más fruto. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo trabajan a favor de tu salvación, y si cometes pecado, está a tu disposición la sangre de Cristo para limpiarte.

6. Como tenemos un enemigo acérrimo, el cual tratará de quitarte la imagen de Dios para darte la suya, la cual es conforme al animal, se te conceden poderes de autoridad sobre toda fuerza del enemigo y todos sus demonios. Y para defenderte personalmente, el escudo de la fe y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios.

Nos tildamos de débiles, pero lo cierto es que somos mucho más fuertes que Adán y Eva que solo contaban con un "Alma Viviente". Somos más fuertes que Israel, apoyado en una Ley la cual, según la misma Palabra, era más débil que la carne.

Porque lo que era imposible para la Ley, Dios enviando a su Hijo en semejanza de carne, condenó el pecado en la carne. Pues solo Cristo era más fuerte que un "alma viviente" o una Ley creada por el mismo Dios.

Hemos sido fortalecidos por la gracia de Dios en todos los aspectos. Nos volvimos el Hombre Fuerte.

Entendiendo que la vida del cuerpo es el alma, pero la vida del alma es el Espíritu, nosotros podemos matar nuestra alma y también podemos apagar el Espíritu de Dios que mora en nosotros.

Por eso cuando el Espíritu Santo nos bautiza, también pone fuego para avivar más nuestro "espíritu vivificado". MANTENGAMOS LA LLAMA VIVA!

Vivamos en el Espíritu, no satisfagas los deseos de la carne porque de la carne segamos corrupción y del Espíritu paz y vida eterna.

Nosotros no tenemos ningún derecho de darle a Dios la pena y la vergüenza de vernos fracasados y destruidos.

¿Que tenemos a nuestra disposición?

- Un corazón nuevo, un alma viva y resucitada, un espíritu vivificado para mi beneficio y bautizado para tener el poder y ganar a otros.

- A Cristo morando en el corazón e intercediendo por nosotros con gemidos cariñosos al Padre.

- Al Espíritu Santo morando en nosotros, sobre nosotros y alrededor de nosotros, intercediendo por nosotros al igual que Cristo, enseñándonos, consolándonos, redarguyéndonos y poniendo fuego a nuestro "espíritu vivificado".

- El cielo completo trabajando por nosotros, con un Padre limpiándonos para llevar muchos frutos, la sangre de Cristo lavando nuestro pecado, los ángeles sirviéndonos por orden del Padre.

Les insto en el nombre de Jesucristo, a poner a Dios en el primer lugar, a resistir al Diablo y a llenarnos del fuego del Espíritu Santo. Porque ... TODO LO PODEMOS EN CRISTO QUE NOS FORTALECE!


Hilda de Reyes, Pastora 
Ministerio Cristiano Genesaret.

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