Un anciano indio describió una vez sus conflictos interiores:
Dentro de mi existen dos cachorros. Uno de ellos es cruel y malo, y el otro es bueno y dócil. Los dos están siempre luchando.
Entonces le preguntaron ¿cuál de ellos acabará ganando?
El indio guardó silencio un instante, y después de haber pensado unos segundos respondió:
AQUEL A QUIEN YO ALIMENTE
Porque ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Romanos 8:6
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.
Proverbios 4:23
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