sábado, 8 de octubre de 2011

El pecado que mora en mí


La Biblia es el libro que no solo nos cuenta la historia del pecado y sus consecuencias; sino también nos enseña a como desaparecerlo. Es por ello que cada uno, según su necesidad, encontrará en la Biblia la receta para su mal.


Aunque el pecado invada con su enfermedad al hombre, el Cristo de la Gloria tiene toda autoridad y potestad, a través de su Palabra y su Espíritu Santo, de sanarlo en su cuerpo y su alma.


Pecados más frecuentes que experimentamos en nuestra vida:



EL DOBLE ÁNIMO
Según la Escritura, el hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.


El doble ánimo nos hace andar en dos caminos generalmente opuestos, manteniendo nuestros pies en el mundo y en Cristo, impidiendo que lleguemos a alcanzar las bendiciones de Dios y aún lo que nosotros queremos lograr deacuerdo al sueño y deseo que el Señor ha puesto en nuestro corazón.

El origen de la condición de Doble Ánimo se encuentra en la unión que hacemos frecuentemente entre la Duda y Fe.


El remedio para esta condición se encuentra en Santiago 4:8 - "Arcercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de soble ánimo, purificad vuestros corazones".


Hebreos 1:3 nos dice que Cristo efectuó la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo y en Pedro 1:22 se nos exhorta a purificar nuestra alma por medio de la obediencia a la verdad.


En 2da. Pedro 1:5 & 9 se nos dice ... "vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. ... "el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados".


Debemos aumentar nuestra Fe la cual viene por el oir porque el que duda "es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una arte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor" Santiago 1:6-7.


LA RAÍZ DE AMARGURA



Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados ... Hebreos 12:15

La amargura es el reflejo de tener un sentimiento prolongado de frustación, resentimiento, aflicción, o disgusto por no haber podido satisfacer una necesidad o deseo. Generalmente la raíz de amargura se origina y crece sobre el terreno de una ofensa que no ha sido enfrentada honestamente.



La amargura encuentra es una condición aborrecible delante de la presencia de Dios. En deuteronomio 29:18-21 encontramos que nos dice:



... no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca hiel y ajenjo (amargura) y suceda que al oir las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: "Tendré paz, aunque ande en la dureza de mi corazón, puesto que con la embriaguez se aplaca la sed".



No querrá Jehová perdonarlo, sino que entonces humeará la ira de Jehová y su celo sobre ese hombre, se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro y Jehová borrará su nombre de debajo del cielo. Jehová lo apartará de todas las tribus de Israel para mal, conforme a todas las maldiciones del pacto escrito en este libro de la Ley.

El remedio para quitar la raíz de amargura qe nos estorba se encuentra en Santiago 5:16 "Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho".



En Efesios 4:31 se nos exhorta a quitar toda amargura: "Quiténse de vosotros toda amargura, enojo, ira, griteria y maledicencia, y toda malicia".



No ofendas a nadie para no crear en tu prójimo o hermano en Cristo amargura y aplica el consejo que se nos da en proverbios pasando por alto la ofensa para que no se anide en tu corazón. No permitas que la amargura, producto de una ofensa o situación que te hirió, te envenene el corazón como sucedió con Absalón contra su padre David o con Esaú contra su hermano Jacob.


LA ENVIDIA




Por envidia Caín mató a Abel, los Judíos mataron a Cristo y los hermanos de José lo vendieron.



¿Que es la Envidia?


En una primera definición, la envidia significa sentir tristeza o pesar del bien ajeno.



De acuerdo a esta definición lo que no le agrada al envidioso no es tanto algún objeto en particular que un tercero pueda tener sino la felicidad en ese otro. Entendida de esta manera, es posible concluir que la envidia es la madre del resentimiento, un sentimiento que no busca que a uno le vaya mejor sino que al otro le vaya peor.



En una segunda definición, la envidia significa desear algo que no se posee.



De acuerdo a la segunda de las acepciones la envidia se puede encuadrar dentro de la emulación o deseo de poseer algo que otro posee. Siendo en este caso que lo envidiado no es un sujeto sino un objeto material o intelectual. Por lo tanto en esta segunda acepción la base de la envidia sería el sentimiento de desagrado por no tener algo y además de eso el afán de poseer ese algo. Esto puede llegar a implicar el deseo de privar de ese algo al otro en el caso de que el objeto en disputa sea el único disponible.

Fuente de las definiciones: Wikipedia


El remedio para la envidia está en hacer lo que sabes que es bueno y correcto y entender que Jesús te ama, hasta el punto que dió su vida por ti. La manifestación de la envidia se encuentra en Génesis en el relato de la historia de Caín y Abel; así como el remedio que Dios nos da para quitarla de nuestras vidas.



Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.





Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.


CELOS AMARGOS
Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.

Los celos son una respuesta emocional que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera como propio. Comúnmente se denomina así a la sospecha o inquietud ante la posibilidad de que la persona amada nos reste atención en favor de otra. También se le conoce así, al sentimiento de envidia hacia el éxito o posesión de otra persona
(Wikipedia).



El remedio para los celos se encuentra en buscar la verdadera sabiduría, la que proviene de Dios. Es por ello que Santiago 1:5 nos exhorta a buscarla. "Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.


LA MALDAD QUE BROTA DE NUESTRA LENGUA

La lengua es el único miembro de nuestro cuerpo que la Biblia dice que es inflamada en el infierno. En Santiago 3:6 encontramos que la lengua es un fuego, un mundo de maldad. De igual forma, se nos dice que ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.




De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. El remedio para este mal está en refrenar la lengua. "Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.





Hilda de Reyes, 02 de Octubre de 2011

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