Y
llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había
puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se
acostó en aquel lugar.
Y
soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo
tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían
por ella.
Y
he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová,
el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás
acostado te la daré a ti y a tu descendencia.
Será
tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al
occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la
tierra serán benditas en ti y en tu simiente.
He
aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y
volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya
hecho lo que te he dicho.
Y despertó Jacob de su sueño, y dijo:
Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía.
Génesis 28:11-16
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