Quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas;
Quien adiestra mis manos para la batalla, de manera que se doble el arco de bronce con mis brazos.
Me diste asimismo el escudo de tu salvación,
Y tu benignidad me ha engrandecido.
Tú ensanchaste mis pasos debajo de mí,
Y mis pies no han resbalado.
Y mis pies no han resbalado.
2 Samuel 22:33-37
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