domingo, 6 de marzo de 2016

Bienaventurado el hombre que teme a Dios


Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, y en sus mandamientos se deleita en gran manera.

Su descendencia será poderosa en la tierra;
La generación de los rectos será bendita.




Bienes y riquezas hay en su casa,
Y su justicia permanece para siempre.

Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos;
Es clemente, misericordioso y justo.

El hombre de bien tiene misericordia, y presta;
Gobierna sus asuntos con juicio,
Por lo cual no resbalará jamás;
 
En memoria eterna será el justo.
No tendrá temor de malas noticias;
Su corazón está firme, confiado en Jehová.

Asegurado está su corazón; no temerá,
Hasta que vea en sus enemigos su deseo.

Reparte, da a los pobres;
Su justicia permanece para siempre;
Su poder será exaltado en gloria.

Lo verá el impío y se irritará;
Crujirá los dientes, y se consumirá.
El deseo de los impíos perecerá. 

Salmo 112

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